viernes, 29 de julio de 2011

Videos que muestran un parto y una cesarea.

PARTO VAGINAL



CESAREA

Cesarea: cómo es el procedimiento y cuáles son sus riesgos.

Una cesárea es una intervención quirúrgica para el nacimiento de un bebé. Se realiza una incisión en el abdomen (laparotomía) y otra en el útero, se extrae el líquido amniótico y luego al bebé. La boca y nariz del recién nacido se limpian de fluidos, se corta y liga el cordón umbilical y se pasa al bebé a un pediatra o enfermera que controlará su respiración. El bebé y la placenta se extraen por la incisión en cuestión de minutos después del comienzo de la cirugía. Estas incisiones se cierran y todo este proceso toma alrededor de una hora.



La mayoría de las cesáreas se realiza cuando ocurren problemas inesperados durante el parto. Entre ellos se encuentran:
• Problemas de salud de la madre
• Posición del bebé
• Falta de espacio para que el bebé salga a través del canal vaginal
• Signos de sufrimiento en el bebé

El procedimiento se realiza generalmente con anestesia espinal o epidural, lo que permite que la madre esté despierta durante el parto, pero anestesiada desde el pecho a las piernas. Esta anestesia no seda al bebé, y la madre puede oír y ver a su bebé. La anestesia general se usa pero en muy raras ocasiones.
Por lo general la incisión de la cesárea se realiza por encima del pubis, encima del borde de la vejiga, por debajo de la “línea del bikini”. Se puede realizar otro tipo de incisión longitudinal, pero raramente es usada porque puede generar más complicaciones que la incisión anterior.




Las cesáreas sólo deben realizarse cuando el parto vaginal se presenta con algunas complicaciones. Algunas de estas razones pueden ser:

Indicaciones fetales
• Sufrimiento fetal agudo (SFA) por aporte disminuido de oxígeno al feto.
• Taquicardia o bradicardia fetales (el corazón late con excesiva o insuficiente rapidez).

Indicaciones maternales
Relativas al cérvix (cuello del útero):
• Cérvix demasiado relajado (incompetencia cervical).
• Presencia de infección activa por herpes genital en la madre.
• Evidencia de infección intrauterina
Relativos a la placenta y cordón umbilical:
• Placenta que ocluye el cérvix (placenta oclusiva total).
• Desprendimiento prematuro de placenta.
• Prolapso de cordón (salida del cordón por el canal vaginal).
Peligro para la madre (angustia maternal):
• La cabeza del feto es demasiado grande para pasar a través de la pelvis de la madre (desproporción céfalo pélvica comprobada en el trabajo de parto).
• Inducción del trabajo de parto fallida (por oxitocina sintética, que se aplica para acelerar el proceso de dilatación del cuello del útero).
• Parto instrumental fallido (fórceps, las espátulas y la ventosa obstétrica).
• Posición anormal del bebé (presentación transversa en el momento del expulsivo).
• Presencia de una enfermedad importante asociada (toxemia, preeclampsia, eclampsia, hipertensión)
• Problemas de curación del periné, derivados del parto o de la Enfermedad de Crohn, por ejemplo.

Después del parto
Después de la cirugía, la madre es llevada a la sala de recuperación o a su habitación. Durante este tiempo, serán revisados su presión sanguínea, su pulso, su índice respiratorio y su incisión. Se la mantendrá bajo observación en caso de un sangrado vaginal en demasía.
Por lo general, permanecerá en cama 6 u 8 horas después de la cirugía, muy adolorida. Luego, se le recomendará a que se mueva con ayuda. Poco tiempo después de la cirugía se le quitará el catéter. La sonda intravenosa permanecerá conectada hasta que pueda comer y beber. Se le darán medicamentos para el dolor si ella lo pide.
Si estás despierta durante la cirugía, probablemente tengas al bebé en tus brazos muy pronto. Te llevarán a una sala de recuperación o a la habitación. Consúltalo con tu médico, pero deberías poder amamantar inmediatamente, aunque quizás el bebé este como adormecido unas horas y no reaccione como un bebé nacido por parto natural
En el hospital estarás entre 2 a 4 días, según tu evolución, y de la razón por la que se te practicó la cesárea.

Recuperación de la cesárea
Seguramente te sientas muy dolorida y necesitarás calmantes. La cicatrización puede llevar varias semanas. Mientras te recuperas puedes sentir:
• Retortijones leves
• Secreción o sangrado durante aproximadamente 4 a 6 semanas
• Sangrado con coágulos y retortijones
• Dolor en la incisión
Tomará de 4 a 6 semanas antes de que pueda regresar a tus actividades regulares.



La cesárea debe estar seriamente justificada, ya que es una intervención mayor. La probabilidad de muerte de la madre en una cesárea es tres veces mayor que en un parto vaginal. Es muy probable que los bebes nacidos por cesáreas tengan problemas iniciales para respirar. También es de tener en cuenta, que si bien después de una cesárea se puede dar un parto vaginal, las posibilidades son menores.

La coalición para mejorar los servicios de maternidad (CIMS) se preocupa por el dramático incremento y el abuso de la cesárea. Actualmente una de cada cuatro mujeres (equivalente al 25%) pasa por una cesárea para el nacimiento de sus bebes y la incidencia para las madres primerizas puede aproximarse hasta en una de cada tres. La ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) recomienda no mas de 15% de incidencia de cesárea. Con un millón de mujeres teniendo cesárea cada año, esto representa que 400,000 a 500,000 de estas fueron innecesarias.
Añadidos a los peligros que representa la cesárea de por sí, el riesgo de ciertas
complicaciones se incrementa con las cirugías acumulativas.. Los estudios también muestran que con una historia de cesáreas previas, de siete a diez mujeres o más que se les permite tener labor de parto sin restricciones darán a luz por vía vaginal, permitiéndose así que no sean expuestas de nuevo al peligro de la cesárea.

Peligros de la Cesárea para la Madre
- Las mujeres corren un riesgo de 5-7 veces mayor con una cesárea en comparación con un parto vaginal.
- Las complicaciones durante y después de la cirugía incluyen: lesión a la vejiga, útero y vasos sanguíneos, hemorragias (de una a seis mujeres requieren transfusión sanguínea), accidentes anestésicos, coágulos en miembros inferiores, embolismo pulmonar, intestino paralizado e infecciones.
- El 10% de las mujeres reportan dificultades con actividades normales dos
meses después del nacimiento, y el 25% dolor en el sitio de la incisión como un problema mayor. Una de cada catorce aun reportan dolor en la incisión seis meses o mas después de nacimiento de sus bebes.
- Hay el doble de posibilidad de ser re-hospitalizado después de una cesárea que de un parto vaginal .
- Especialmente con cesáreas no planeadas, es mas fácil que las mujeres
experimenten emociones negativas. Incluyendo baja de autoestima, sensación de haber fallado, perdida de control y decepción. Pueden desarrollar depresión posparto o síndrome de estrés postraumático. Algunas madres expresan sentimientos dominantes de temor o ansiedad acerca de su cesárea hasta durante los cinco años posteriores.
- Las mujeres con cesáreas están menos dispuestas para tomar la decisión de un nuevo embarazo.
- Como es de esperarse en todas las cirugías abdominales, las zonas de cicatrización interna pueden causar dolor pélvíco, dolor a las relaciones sexuales y problemas intestinales.
- Las consecuencias reproductivas comparadas con el nacimiento vaginal incluyen incremento de la infertilidad, perdidas fetales, placenta previa (placenta que cubre el orificio interno del cervix), desprendimiento de placenta y partos prematuros. Aun en mujeres que planean una segunda cesárea, la ruptura uterina ocurre con una frecuencia de 1 por 500 a razón de 1 por 10,000 en mujeres sin cicatriz previa.

Riesgos de la Cesárea Para el Bebe
- Especialmente con las cesáreas programadas, algunos bebes serán extraídos
inadvertidamente de forma prematura. De cualquier manera los bebes nacen impropiamente antes del momento de estar listos y pueden presentar problemas respiratorios o alimenticios.
- Uno o dos bebes por cien podrán ser lesionados por el bisturí durante la cirugía.
- Estudios comparativos entre cesáreas programadas y cesáreas por motivos no inherentes al bebe con nacimientos por vía vaginal han encontrado que un 50% de los valores de Apgar son mas bajos, requieren cinco veces mas frecuentemente asistencia respiratoria, y cinco veces mas frecuente son admitidos a cuidados intermedios o intensivos.
- Los niños que han nacido de una cesárea programada son cuatro veces más
propensos a desarrollar hipertensión pulmonar persistente, comparados con bebes nacidos vaginalmente.
- Es mas difícil para las madres formar vinculo con el bebe. Esto puede deberse
a que las madres son menos propensas de abrazar o amamantar al bebe o de tener habitación compartida debido a las dificultades del cuidado para el infante por el proceso de recuperación de una cirugía mayor.
- Los bebes tienen menos probabilidades de ser amamantados. Las consecuencias adversas para la salud por la alimentación con formula son numerosas y pueden ser severas.

Riesgos de las Cesáreas Repetidas
- La cesárea electiva acarrea dos veces más el riesgo de muerte materna comparado con el parto vaginal.
- El tejido cicatrizal antiguo incrementa la posibilidad de lesión quirúrgica.
- Una de cada cien mujeres con historia de mas de una cesárea, podría presentar un embarazo ectopico (el implante del embrión fuera del útero). La hemorragia asociada al embarazo ectopico es una de las causas mas frecuentes de la muerte materna en los Estados Unidos. Comparando con mujeres sin cicatriz en el útero, las mujeres van a presentar el riesgo cuatro veces mayor de desarrollar una placenta previa con una cesárea anterior, siete veces el riesgo con dos o tres cesáreas previas y 45 veces mayor con el antecedente de cuatro o mas cesáreas previas. La placenta previa incrementa en más del doble las posibilidades de que el bebe fallezca e incremente la incidencia de parto pretérmino a mas de seis veces.
Comparado con mujeres con partos previos y sin cesáreas previas, las mujeres con una cesárea previa o mas tienen tres veces mas riesgo de desarrollar desprendimiento de placenta. Con desprendimiento de placenta, seis de cada cien bebes podrían morir y tres de cada diez podrían nacer tempranamente.
Las probabilidades de una placenta acreta (placenta que crece dentro del músculo del útero) se disparan desde 1 a 1,000 con una cesárea previa hasta 1 por 100 con mas de una cesárea previa. Casi todas las mujeres con esta complicación requerirán una histerectomía, cerca de la mitad presentaran una hemorragia masiva, y cerca de 1 a 11 bebes tienen el riesgo de morir lo mismo que las madres en proporción del 1 por 14. La incidencia de placenta acreta se ha incrementado 10 veces en los últimos 50 años y ahora ocurre en uno de cada 2500 nacimientos.
Es mas fácil que las mujeres que tienen cesáreas electivas repetidas presenten infección y hemorragia requiriendo transfusión.

jueves, 28 de julio de 2011

Qué es un parto natural?


La expresión "parto natural" en muchos ámbitos se interpreta como una nostálgica vuelta al pasado: parir sin epidural, sin oxitocina, parir sin esto y sin lo otro. Allí donde la tasa de cesáreas es alta (España y Sudamérica, por ejemplo), hay quien utiliza ese término para referirse a un parto vaginal.

Pero parto natural no es simplemento un parto “sin”, sino aquel que se produce gracias a la maravilla de la fisiología, y en el que los procedimientos obstétricos se aplican únicamente en caso de necesidad. Es lo opuesto al parto medicalizado, atendido por la obstetricia convencional, en el cual la tecnología sustituye la fisiología de la mujer, desvirtuando la experiencia del nacimiento, y generando riesgos innecesarios para la madre y el bebé. En el primer caso la técnica está al servicio de la naturaleza, en el segundo, la naturaleza es doblegada por la técnica. Las tasas de cesáreas en los países y hospitales que respetan los procesos naturales no suelen superar el 10%. Cuando la asistencia es de corte intervencionista, la tasa de cesáreas siempre es superior.

No es posible asistir dignamente a una mujer parturienta sin comprender la verdadera naturaleza del parto: es un acontecimiento involuntario, tanto como el sueño o el orgasmo, aunque mucho más complejo. Todos sabemos lo que ocurre cuando uno trata de controlar o dirigir mentalmente estos procesos: simplemente no ocurren. La sola pretensión de controlar un proceso involuntario lo inhibe, y eso es lo que sucede con el parto hospitalario. Ese es el motivo por el cual cuando la mujer llegar al hospital, la dilatación a menudo se estanca. Cuando el parto se inhibe, se prepara el terreno para todo tipo de procedimientos que sustituyen la función de una naturaleza que en estas condiciones, obviamente, no puede funcionar: estimulación con oxitocina, episiotomía, anestesia, fórceps, cesáreas innecesarias … se sustituye un proceso natural sofisticado y sabio por un conjunto de técnicas encaminadas a resolver los problemas a menudo creados por ella misma. Y también para someter un proceso con un ritmo propio al ritmo acelerado que establece el hospital.




Dice Michel Odent que de las muchas preguntas que se hacen los estudiantes de obstetricia hay una que continúa ausente de los planes de estudios. Esa pregunta es ¿Cuáles son las condiciones idóneas para un parto fluido?

Intimidad, seguridad y apoyo emocional.

Lo mejor que podemos hacer para favorecer un proceso involuntario es conocer y crear las condiciones idóneas para que se produzca solo. Puede resultar paradójico que la única forma de “humanizar” el parto sea recapitulando el hecho de que somos una especie “mamífera”. El parto es un acontecimiento instintivo, llevado a cabo por nuestro cerebro mamífero, y en el que la participación de nuestra mente racional tiene un efecto contraproducente. Lo más que se puede hacer es rendirse a la experiencia y permitir que ocurra, para lo cual el ambiente en que transcurre y la calidad humana y actitudes de los asistentes es esencial.

Ese cerebro mamífero primitivo es también nuestro cerebro emocional (sistema límbico). Es una constante en todas las especies mamíferas que la parturienta necesita una atmósfera de intimidad y recogimiento, de seguridad física y emocional, que le permita entrar en el estado de consciencia especial propio del parto. Cuando este estado de intimidad se impide, cuando una hembra mamífera se siente amenazada, o incluso indiscretamente observada, el parto se interrumpe: las hormonas del estrés inhiben las hormonas del parto.

Esto pone de relevancia la enorme importancia del estado emocional de la madre y cómo influye en él el soporte emocional y el trato que recibe, así como las condiciones y el ambiente en que transcurre el parto. La forma en que se trata a la mujer de parto puede condicionar totalmente su progreso. Por ello, las primeras recomendaciones de la OMS no se refieren a los aspectos técnicos, sino emocionales y psicológicos: Debe fomentarse una atención obstétrica crítica con la atención tecnológica al parto y respetuosa con los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del parto.


Ambiente y entorno apropiado.

El parto es dirigido por el cerebro mamífero (emocional), pero inhibido por el neocórtex (racional). Decía Michel Odent que es suficiente preguntar a una mujer su número de la seguridad social para que el parto se interrumpa. Debe pues evitarse todo lo que active el pensamiento racional en la mujer de parto: hablarle sin necesidad, darle órdenes o interrumpirle en su “viaje interior”. También interfieren las luces, los ruidos, el frío, la prohibición de comer, la incomodidad de tener que mantener una postura determinada o estar en un lugar poco apropiado, como es el paritorio. Las condiciones necesarias para un parto fluido no difieren mucho de las condiciones idóneas para dormirse: intimidad, penumbra, silencio… todo lo que permita a la mujer ensimismarse. Dice Sheila Kitzinger que “el lugar ideal para dar a luz es el mismo que para hacer el amor”.


Libertad de expresión.

La represión de la expresión de dolor durante el parto tiene la consecuencia de reprimir la evolución del parto mismo. Beatrijs Smoulders, comadrona holandesa, afirma en su libro “Parto Seguro” (Editorial Médici), “Hace años, de una parturienta se esperaba que fuera fuerte y no dijera ni pío al dar a luz. En estos casos, el personal sanitario del hospital podía afirmar: “¡Qué bien lo hace la señora!”. Mientras que la comadrona de hoy en día más bien pensaría: “¡Suelte un berrido de una vez, señora, y así como mínimo pasará algo”. Sumergirse y aceptar el dolor es condición necesaria para la producción de endorfinas, “opiáceos” internos que amortiguan y modifican la percepción del dolor.


Libertad de movimientos y postura para el expulsivo.

La posición tumbada para dilatar (enganchada al gotero y al monitor) y el potro obstétrico para el expulsivo pasarán a la historia como uno de los mayores y persistentes errores de la obstetricia.

Numerosos estudios demuestran que la posición vertical favorece el parto y la horizontal lo entorpece. En horizontal, el canal del parto se alarga y estrecha y el coxis se dirige hacia lo alto, convirtiéndose en una vía de paso más angosta para el bebé, y además cuesta arriba. En posición vertical la vagina se amplía y acorta, pero además la presión de la cabeza del bebé sobre el cuello del útero ejerce un efecto hormonal que estimula la producción interna de oxitocina, y por tanto la dilatación. La posición vertical acorta y amplía el canal del parto, permite que las articulaciones de la cadera se abran más para dar paso al bebé, facilita sus movimientos de rotación y permite que la fuerza de la gravedad le ayude en su descenso. Episiotomía y fórceps son procedimientos técnicos que sustituyen la fisiología de la mujer y la gravedad con evidentes y penosos efectos secundarios para la madre y el bebé

La mujer debe tener la libertad de dilatar y parir en la postura que más le convenga: en cuclillas, sentada en el taburete obstétrico, a cuatro patas, de lado, colgada de alguien, de pié… El instinto indica en todo momento cual es la postura idónea mediante un lenguaje infalible: la más cómoda es también la más fisiológica.


Asistencia profesional respetuosa.

Siendo la fisiología del parto tan sensible al entorno, el papel del profesional asistente es estar disponible en un discreto segundo plano, sin interferir, confiando en los recursos de la mujer para dar a luz, y aplicar los procedimientos obstétricos únicamente si hacen falta. El protagonismo del parto corresponde a la mujer.


Procedimientos naturales de abordar el dolor.

La producción de endorfinas se favorece cuidando al máximo las condiciones en que transcurre el parto y evitando todo lo que pueda producir estrés. Actualmente la tendencia es a recurrir a formas inocuas y agradables de amortiguar el dolor: cambiar de postura, baño de agua caliente, masaje en la zona lumbar, masaje de pies, sentarse en pelota de goma …


Intimidad y tiempo para recibir y acoger al bebé.

El momento del nacimiento es un momento especial, mágico, en el que el estado hormonal propio del parto natural crea las condiciones para que produzca el vínculo madre-hijo, un vínculo que tiene consecuencias duraderas sobre esa relación, sobre la confianza de la mujer en su capacidad para amar y criar a su hijo, sobre el desarrollo emocional del bebé. El vínculo que el bebé crea con su madre es el troquel, la base de su capacidad para crear vínculos posteriores. Por ello el nacimiento medicalizado tiene consecuencias no sólo físicas, sino psicológicas y sociales. Madres y bebés deben estar juntos tras el nacimiento, y en todo momento, y no se justifica que un recién nacido sano sea apartado de su madre. Incluso los prematuros progresan mejor con el “método canguro” que con la incubadora, o al menos con un sistema mixto. La OMS recomienda iniciar la lactancia antes de abandonar la sala de partos.


Cordón umbilical:

El respeto por la fisiología del parto implica reconocer la función del cordón umbilical, que continúa latiendo y suministrando sangre oxigenada al bebé durante varios minutos tras el nacimiento. La naturaleza no hace nada que no sea necesario, y esos minutos son el tiempo que el recién nacido necesita para comenzar a utilizar sus pulmones sin angustia ni riesgo de privación de oxígeno. El recién nacido tiene el derecho de disponer de esos minutos y de esa sangre, y con mayor motivo si ha tenido sufrimiento fetal, ya que al iniciar la respiración la sangre acude a los pulmones en detrimento del cerebro. Pinzar el cordón inmediatamente tras el nacimiento es una práctica que, a la luz de la evidencia científica, debería haber sido abandonada.


Contrariamente a lo que se piensa, parto natural no es volver al pasado, sino recuperar la capacidad y la confianza en la propia naturaleza y rendirse ante ella. Tampoco es renunciar a la tecnología, sino adjudicarle el lugar que le corresponde: las complicaciones, los casos de riesgo. Y es que las prácticas de rutina en el paritorio no son buenas ni malas, son oportunas o inoportunas. Y cuando se imponen de forma sistemática e indiscriminada a mujeres que no las necesitan son inoportunas. La evidencia científica demuestra que el parto natural no sólo es más digno para la mujer, es también el más seguro. Por ese motivo, la Organización Mundial de la Salud recomienda una calidad de atención basada en el protagonismo de la mujer y en su fisiología, y el mínimo grado de medicalización posible.

miércoles, 27 de julio de 2011

Ley 25.929 de Parto Humanizado


Ley 25929
Derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento.
Promulgada el 25 de agosto de 2004, vigente desde el 21 de noviembre de 2004 en todo el territorio nacional.



ARTICULO 1º.- La presente ley será de aplicación tanto al ámbito público como privado de la atención de la salud en el territorio de la Nación.
Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan incorporadas de pleno derecho al programa médico obligatorio.

ARTICULO 2º.- Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:

1. A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos, de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
2. A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
3. A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
4. Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
5. A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
6. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
7. A estar acompañada por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.
8. A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
9. A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
10. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.
11. A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

ARTICULO 3º.- Toda persona recién nacida tiene derecho:

1. A ser tratada en forma respetuosa y digna.
2. A su inequívoca identificación.
3. A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquella.
5. A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

ARTÍCULO 4º.- El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:

1. A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
2. A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.
3. A prestar su consentimiento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
4. A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud.
5. A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

ARTICULO 5º.- Será autoridad de aplicación de la presente ley el Ministerio de Salud de la Nación en el ámbito de su competencia; y en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires sus respectivas autoridades sanitarias.

ARTICULO 6º.- "El incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores, y de las instituciones en que estos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder."

ARTICULO 7º.- La presente ley entrará en vigencia a los sesenta (60) días de su promulgación.

ARTICULO 8º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.”


Promulgada por el PODER EJECUTIVO DE LA NACION

Por Decreto No. 1.231/04

¿Qué es un parto respetado?


¿Qué es un parto respetado?

A mi entender un parto respetado es aquel proceso en el cual se respetan las decisiones y deseos de la mujer y su familia, donde prevalecen los derechos de la parturienta y donde lo primordial es la felicidad y satisfacción de la mamá y del bebé siempre que las condiciones lo permitan. Independientemente si estamos hablando de un parto vaginal o una cesárea considero que lo que decida una mamá informada es lo que vale, digo una mamá informada porque me parece correcto que antes de programar una cesárea se enumeren las consecuencias de una intervención quirúrgica y los riesgos tanto para la madre como para el niño, si luego de eso la mujer decide que quiere dar a luz de esa manera creo que esa mujer tendrá un parto respetado. Aquella mujer que decide parir con peridural porque no quiere sentir dolor y que prefiere una episiotomía antes que un posible (o no) desgarro y se le enumeran los pros y contras de cada práctica también va a tener su parto respetado. Cada mujer es única, cada ser humano es único con lo cual es lógico que tengamos distintos modos de ver y de precisar lo que es un parto respetado. El problema surge cuando las comodidades y rutinas de los profesionales prevalecen antes que los deseos de quien pone el cuerpo, ahí es donde se pierde el respeto. Cuando una mujer dice que no quiere una episiotomía es NO, cuando dice que quiere no parir acostada porque quiere aprovechar la fuerza de gravedad es NO, cuando decimos que no queremos estar solas es NO. Por algo tenemos una ley que nos ampara (Ley de Parto Humanizado 25.929), tenemos que hacerla valer para que nuestros derechos no sean vulnerados. Quienes deciden sobre nuestro cuerpo somos nosotras, el deber de los profesionales es informarnos sobre todas las posibilidades y nosotras tenemos el derecho de elegir, ellos deben estar ahí atentos pero intervenir solo cuando es necesario. Entre nuestros derechos se encuentran decidir si queremos atravesar el trabajo de parto deambulando, paradas, bailando, sentadas o acostadas; también es nuestro derecho estar durante todo el proceso acompañadas por quien nosotras queramos; decidimos nosotras si queremos la episiotomía, la anestesia peridural, la aspiración de los orificios de nuestro bebé o no. Cada parto es único y cada mujer tiene sus deseos, solo hay que saberlos y respetarlos. Los mamíferos paren a sus crías en perfecta intimidad entonces qué les hace pensar que en un lugar rodeado de gente extraña que entra y sale de la habitación a su antojo, con luces fuertes, temperatura inadecuada, tratando a la madre como una inútil con adjetivos como “mamita”, separándola de su compañero o de quien ella haya elegido para que la acompañe, reprimiendo sus gritos y desestimando todo lo que dice vaya a dar a luz fácil y rápido como los médicos desean? Yo realmente admiro aquellas mujeres que en ese contexto pueden parir, el parto es un acto íntimo y sexual con lo cual se deben respetar y tener en cuenta algunas cuestiones humanas.
Para terminar invito a que lean la ley 25.929 y que desde mucho antes de parir imaginen y visualicen el parto que desean, así pueden hacérselo saber al profesional que las atiende y pueden lograr un parto feliz.

martes, 26 de julio de 2011

Las doulas: quiénes somos y qué hacemos?


Las doulas

¿Qué es una doula?
Una doula es una persona experimentada en la ayuda al nacimiento que provee de soporte continuo, información y apoyo emocional y físico, a las mujeres embarazadas, antes, durante y justo después del parto. Las doulas asisten a las mujeres que dan a luz en hospitales, en casas de partos y en sus domicilios.
La primera misión de la doula es informar positivamente de la experiencia de la maternidad y del parto a las mujeres embarazadas y a sus familias. El fundamento del cuidado de una doula se basa en el conocimiento de que el continuo soporte emocional y la confianza durante el proceso de parto mejoran y facilitan todas las fases de la maternidad en gran medida.
Lo importante de una doula no es, pues, lo que ella sabe, sino quien es ella, su personalidad, porque esto es lo que más influye al ayudar a la mujer que está de parto.

Tareas que puede realizar una doula:

* Durante el embarazo:

o Comenta tus objetivos para el parto así como cualquier duda y temor
o Complementa la información recibida en las clases de preparación al parto por parte de la partera
o Informa sobre el proceso del parto y el dolor y sugiere ideas para mejorar el confort adecuadas a las circunstancias
o Provee de consejo sobre un plan de parto a consultar con el médico o partera

* Durante el parto:

o Te acompaña cuando sientes la necesidad de su apoyo, ofreciéndote soporte emocional
o Está contigo para responder tus dudas y animarte
o Sugiere maneras para soportar el dolor y facilitar el parto en colaboración con el personal sanitario
o Actúa como un vigilante de los deseos de la madre durante el proceso del parto frente a intervenciones no deseadas
o Ayuda creando un entorno adecuado para la madre (reduciendo el nivel de ruido y luz, poniendo música, regulando el frío o calor, respondiendo al teléfono, etc.)
o Ayuda en un PVDC (parto vaginal después de cesárea), si fuera el caso
o Colabora con una partera en la atención de un parto en casa
o Respeta la privacidad de la mujer de parto
o Da apoyo y seguridad a otros miembros de la familia

* Después del nacimiento del bebé:

o Ayuda a través de los procedimientos del posparto
o Facilita el establecimiento temprano de la lactancia materna
o Mantiene el contacto por teléfono para cualquier consulta
o Colabora en el cuidado de la casa y de los demás hermanos para tranquilizar a la nueva madre y liberarla de cargas

Pero en realidad, ¿qué cambia con una doula?
Según el libro “Mimando a la madre, cómo una doula puede ayudarte a tener un nacimiento más corto, fácil y sano” de Kennel, Klaus y Kennel (Mothering the Mother, How a Doula Can Help You Have a Shorter, Easier and Healthier Birth (1993)) una doula puede proporcionar las siguientes diferencias:
• 50% reducción en cesáreas
• 25% parto más corto
• 60% menos peticiones de epidural
• 40% menos uso de oxitocina sintética
• 30% menos uso de analgésicos
• 40% menos uso de fórceps
• Mejora el vínculo padres-bebé
• Menos problemas con la lactancia
• Menor incidencia de depresión posparto

Un estudio de la universidad Case Western Reserve en Cleveland, Estados Unidos, mostró que mientras el 63% de las mujeres que no tuvieron el apoyo de una doula necesitaron de una cesárea tras la inducción del parto, sólo un 20% de aquellas que tuvieron a una doula con ellas la requirieron.

Doulas, parteras y médicos
La partera y el médico pueden proveer todo el cuidado necesario para una mujer y su bebé durante todo el embarazo, nacimiento y tras él. Tienen todos los conocimientos y el equipo necesario para asesorar de cualquier desviación de la normalidad y actuar en consecuencia. El cometido de la partera es dar soporte físico y emocional durante la experiencia del nacimiento usando sus conocimientos y habilidades en educación, consejo y promoción de la salud.
La doula provee de cuidados emocionales y asistencia práctica a la mujer y a su familia antes, durante y tras el parto. Puede ofrecer información, consejo y soporte, pero no está cualificada para desarrollar ninguna tarea clínica. Sin embargo, puede tener amplios conocimientos sobre masaje, reflexología, homeopatía y lactancia. Es la persona elegida por la mujer y/o la pareja para protegerles en su experiencia del nacimiento y asistirles en su transición hacia la maternidad y paternidad. Su trabajo proviene de la tarea que tradicionalmente realizaban otras mujeres de la familia o del vecindario (como se hace en muchas culturas todavía). La doula también es la persona que protege a la mujer para que se respeten sus deseos, facilitando la comunicación entre ella y las parteras y médicos.
Uno de los aspectos que diferencia el papel de la doula es su cuidado continuo. Cuando el trabajo de parto empieza, ella está junto a la mujer hasta el final. Todas las necesidades se han establecido y se ha acordado de antemano de qué manera la doula puede ayudar a la mujer en el parto y tras él, con el nuevo bebé. No hay cambios de turnos ni otras obligaciones. No es así en el caso de la partera, que muchas veces no dispone de tiempo para escuchar, educar y guiar a la mujer en su entrada a la maternidad. En cambio, la doula puede dedicar varias horas al día ayudándola en la lactancia, preparando comida o atendiendo a los hermanos mayores. La doula puede negociar con la madre cierta flexibilidad para que le permita cumplir con las necesidades de su propia familia, algo que algunas comadronas también querrían.
Según la portavoz de la Academia Americana de Obstetricia y Ginecología, la doula provee de apoyo a las personas en la sala de partos "siempre que conozcan cual es su papel en el proceso de nacimiento... y que su función más importante es dar soporte psicológico a la madre". Pero en algunas ocasiones, debido a la falta de tiempo y dedicación de los médicos y parteras, los padres tienden a preguntar más a la persona con la que han tenido más relación y contacto, la doula, cuyos conocimientos pueden no ser tan amplios y precisos como los de un médico o partera, que han cursado varios años de estudios universitarios.
El Dr. Marshall Klaus, profesor de pediatría de la Universidad de California en San Francisco, es un investigador de estudios pioneros sobre los beneficios de la presencia de doulas, publicados en la revista de la Asociación Médica Americana en 1991. Él fue quien ayudó a fundar la asociación de Doulas de Norte América. En los cursos para doulas, el grupo aconseja encarecidamente no enfrentarse a ninguna decisión médica. "A veces, a pesar de que les decimos frecuentemente a las doulas que no deben discutir con un médico, lo hacen", dice el Dr. Klaus.
El conflicto está servido cuando los médicos o comadronas deciden llevar a cabo algo, como un rasurado, enema o episiotomía, que las investigaciones basadas en la evidencia han demostrado innecesarias. A menudo, las prácticas hospitalarias siguen más un protocolo establecido que una decisión tomada según la situación particular. La doula debe saber diferenciar estas situaciones de aquéllas en que existe un riesgo real, sin enfrentarse con el personal sanitario, informando y dando apoyo constante a la madre.

¿Son las doulas las guardianas de un parto normal frente a la masiva medicalización?
Tradicionalmente, las comadronas eran las guardianas de un parto normal pero, si no les es posible, alguna alternativa se tiene que encontrar. Incluso en algunos casos las comadronas no desean proveer a las mujeres el tipo de soporte que necesitan para que tengan las mayores oportunidades para un parto normal. Las mujeres que se sienten seguras en salvaguardar un parto normal están empezando a incrementar el volumen de sus peticiones. Esta reivindicación incluye también algunas comadronas no conformes con la situación actual, mujeres embarazadas y doulas. Algunas doulas son antiguas comadronas o madres que sienten la necesidad de hacer algo para defender la fisiología normal del embarazo, parto y primeros días del bebé, ante la desmesurada medicalización e intervención actual.

¿Se sentirá el padre desplazado ante la presencia de una doula?
Ni mucho menos. Normalmente, los futuros padres reciben a esta mujer experimentada con los brazos abiertos. La doula no desplaza a la pareja en el nacimiento, más bien le quita la presión de tener que cuidar de ella (y de su entorno, o sea otros niños, casa, resto de la familia, etc.) para que él pueda hacer lo que hace mejor: amarla.