miércoles, 17 de agosto de 2011

Parto inducido o provocado.

Habitualmente cuando estamos embarazadas calculamos la FPP (Fecha Probable de Parto) que ronda acerca de las 40 semanas, un bebé puede nacer entre las semanas 38 y 42 considerándose a término e incluso hay mujeres que pasadas las 42 semanas aún no tienen indicios de que están por dar a luz. En algunos casos están mal calculadas las semanas de embarazo ya que no se sabe exactamente el día que se embarazó o simplemente ese bebé necesita mas tiempo y aún no está listo para nacer. Es cierto que las mujeres nos ponemos un tanto ansiosas y esto se lo debemos en parte a nuestro entorno que vive preguntándonos “para cuando el bebé?” como si nosotras decidiéramos cuándo nuestra criaturita quiere salir al mundo. En otros casos las molestias físicas comienzan a hacerse notar, la pesadez, la falta de aire por el tamaño del bebé, las ganas de hacer pis a cada ratito por la presión que ejerce la criatura sobre la vejiga, etc. Lo importante creo que es estar segura de cada paso que demos en ese momento. Habrá médicos que pasadas las 40 semanas te querrán inducir el parto con cuanta maniobra tecnológica encuentren, otros te querrán programar una cesárea diciendo que tu bebé ya está muy grande y no vas a poder parirlo, y en menor medida encontrarás profesionales que te aconsejarán realizar una ecografía o en el mejor de los casos un ecodoppler para monitorear la salud del bebé, ver el estado de la placenta, conocer si el pasaje de oxigeno y alimento a través del cordón umbilical sigue siendo el adecuado y así decidir si pueden esperar unos días mas a que el parto se desencadene naturalmente.

¿Qué es la inducción del parto?

El parto puede ser espontáneo, cuando las contracciones se generan por si solas y contribuyen al descenso del bebé y a la dilatación del cuello uterino, o bien inducido, cuando por alguna razón es necesario finalizar el embarazo porque su continuación puede ser perjudicial para la mamá o para el bebé. La inducción del parto se lleva a cabo utilizando medicamentos u otras técnicas médicas para iniciar las contracciones que provocarán el parto. En la actualidad se prefiere que la naturaleza siga su curso normal y a intervenir lo menos posible.
¿Cuáles son las causas de inducción del parto?
Los factores de riesgo para que el obstetra decida inducir el parto son muchos. Los más frecuentes son: preeclampsia, rotura prematura de bolsa, corioamnionitis, retraso de crecimiento fetal, enfermedades maternas graves (hipertensión, diabetes, nefropatía, entre otras).

¿Cómo se induce el parto?

La técnica utilizada depende fundamentalmente del estado del cérvix o cuello del útero. Mediante el test de Bishop, se palpa el cuello y se valoran cinco características: el borramiento (longitud del cérvix); la consistencia (el cuello del útero debe ser blando); la posición del cérvix respecto a la vagina (en el parto debe encontrarse centrado); la dilatación (que puede ir de 0 a 10 centímetros); y la distancia a la que se encuentra la cabeza del feto de la salida del canal del parto. Además, el médico valorará otras circunstancias como la paridad (si es el primer parto o ya se ha parido alguna vez), si se ha tenido una cesárea anterior o si las membranas de la bolsa de aguas están rotas o no. En función de todo ello, empleará un método u otro para provocarlo. Algunos son más dolorosos y mas invasivos así que por ese motivo los enumeraremos:

• Despegamiento de membranas
El despegamiento o separación de las membranas es una técnica relativamente sencilla que se realiza habitualmente como procedimiento ambulatorio. Durante el examen vaginal, el médico introduce un dedo en el orificio cervical. Así, el polo inferior de las membranas se despega del segmento uterino inferior mediante un movimiento circular del dedo que examina. Esta intervención tiene la capacidad de iniciar el trabajo de parto al aumentar la producción local de prostaglandinas y, por lo tanto, reducir la duración del embarazo o adelantarse a la inducción formal del trabajo de parto con oxitocina, prostaglandinas o amniotomía. Este método, no en todos los casos evoluciona con éxito.

• Rotura artificial de la bolsa (amniotomía)
La amniotomía (ruptura deliberada de las membranas) es un proceder simple. Se realiza un lavado con antisépticos en la vagina y se coloca un recipiente justo debajo de ella para recolectar el líquido amniótico, el médico introduce un pequeño instrumento de plástico en forma de gancho y rompe la bolsa de aguas. Este procedimiento va a limitar el tiempo en el que se desarrolle el trabajo de parto ya que pasadas las 24 hs la mayoría de los obstetras deciden realizar una cesárea por prevención a una infección que claramente se puede prevenir si no se rompe la bolsa artificalmente y si se evitaran los rutinarios tactos.

• Administración de prostaglandina
La prostaglandina es una hormona que se administra a la mujer en forma de óvulos o geles vaginales como también en forma de píldora por vía oral. El procedimiento generalmente se lleva a acabo en el hospital donde la embarazada quedará internada durante la noche hasta que la hormona produzca su efecto y el cuello uterino se prepare para el inicio del parto. La prostaglandina oral produce de manera consistente una frecuencia mayor de efectos secundarios gastrointestinales, en particular vómitos. La prostaglandina puede desencadenar el trabajo de parto o puede utilizarse antes de administrar oxitocina.

• Administración de oxitocina
La oxitocina es el agente inductor más frecuentemente usado en todo el mundo. Se ha usado sola, en combinación con la amniotomía o después de la maduración cervical con otros métodos farmacológicos o no farmacológicos. Se administra mediante un goteo intravenoso continuo. La dosis del goteo se irá aumentando lentamente hasta que el parto evolucione sin complicaciones. Se debe hacer un riguroso monitoreo uterino y fetal de manera continua, ya que el goteo oxitócico puede provocar contracciones uterinas muy fuertes y reiteradas que pueden perjudicar la salud del bebé. Además también puede ser posible que administren medicamenos analgésicos o anestesia peridural para que la mujer pueda tolerar este tipo de contracciones.

¿Son dolorosos los métodos para inducir el parto?

En general, los procedimientos de inducción del trabajo de parto son más dolorosos que el inicio espontáneo ya que provocan contracciones de mayor duración e intensidad. El método de despegado de membranas puede resultar incómodo y doloroso, pero estas molestias no suelen durar más de 1 minuto. Pueden aparecer también espasmos fuertes seguidos de una pequeña hemorragia que duran aproximadamente 2 días. Con respecto al método de rotura artificial de la bolsa también puede ser incómoda ya que se siente un tirón seguido de una pérdida de un líquido tibio. Con la administración de prostaglandina se pueden sentir contracciones más fuertes y con la oxitocina además de ser más fuertes también son más reiteradas.

¿Existen riesgos a realizar una inducción?

Al ser un método artificial, puede provocar efectos secundarios tanto a la madre como al bebé. Por ejemplo, al ser partos más largos, la mujer se cansa más y tiene más posibilidades de sufrir fiebre, deshidratación y exceso de contracciones (y, por tanto, de rotura uterina). Al aumentar la posibilidad de terminar en cesárea o parto instrumental, se suman los riesgos de dichos procedimientos (infección, dolor, hemorragia y desgarros del canal de parto).
Al niño también le puede causar más estrés, perdiendo su bienestar dentro del útero. Por eso, el porcentaje de cesáreas aumenta en los partos inducidos.
La inducción del parto la aconseja un profesional que previamente ha valorado que para la madre y/o el feto es mejor finalizar el embarazo que continuar con él. Por eso, se desaconsejan totalmente los partos inducidos por elección, es decir, provocar el nacimiento en una fecha concreta por cualquier motivo ajeno a la salud.
Además, existen una serie de circunstancias en las que no es recomendable la inducción:

- Si el sufrimiento fetal es muy grande, será necesaria una cesárea.
- Si la embarazada presenta placenta previa, vasos previos (cuando los vasos sanguíneos del cordón umbilical están adheridos a las membranas amnióticas y corren riesgo de romperse durante el parto).
- Si el bebé está de nalgas o en una posición transversal, lo que significa que no está preparado para salir con la cabeza primero.
- Si a la mujer le han practicado una cesárea.
- Si hubo una cirugía uterina, como la miomectomía.
- Si es un embarazo múltiple.
- Si existe una infección de herpes genital activa.

Técnicas naturales de inducción

Existen una serie de trucos para provocar el parto, que aunque no está demostrado que funcionen, tampoco hacen ningún mal. Hacer el amor es, probablemente, el método más placentero. El esperma humano contiene prostaglandinas naturales, muy estimuladores para el útero. El coito no es peligroso para el bebé, a menos que el obstetra haya dicho lo contrario. La estimulación de los pezones, ya sea durante el sexo o por una misma, también puede provocar la liberación de oxitocina, una hormona que contrae el útero y madura el cérvix.

El ejercicio, como caminar o subir escaleras, también ayuda ya que la cabecita del bebé comenzará a ejercer cada vez más presión sobre su cuello uterino. Al menos, el hecho de realizar una breve caminata podría ayudar a que el niño se coloque en una mejor posición para el parto.

La comida picante y exótica también puede servir, siempre que luego no produzca ardor de estómago. Pero ni se te ocurra probar aceite de ricino. Además de tener un mal sabor, puede provocar diarrea, calambres, náuseas, vómitos, deshidratación, fatiga y hasta contracciones uterinas espasmódicas pero inefectivas.

La acupuntura o la acupresión y los remedios homeopáticos y herbales son estrategias igualmente válidas para relajarse y estar entretenida durante la espera. No obstante, se debe consultar antes con el médico, puesto que algunos de estos preparados pueden ser potencialmente peligrosos porque pueden estimular el útero en exceso (y además pueden no ser seguros para el bebé).

viernes, 12 de agosto de 2011

El nacimiento de Zoe, mi maravilloso PVDC en casa!

Hacia 2 años y 9 meses tuve a mi primer hija por cesárea, creo que innecesaria pero ya no importa. Esta vez todo iba a ser diferente, desde antes de embarazarme que venia buscando información y personas que me acompañaran y me apoyaran a intentar un parto vaginal y así fue. Todo comenzó el jueves 03 de junio. Mi FPP era para el martes 01 y para ese entonces mi ansiedad era insoportable. A la mañana todo parecía normal hasta que fui al baño y vi un flujo rosa, nada del otro mundo, no era sangre pero sí era diferente a lo que venia teniendo durante el embarazo. Esperé un rato para ver si paraba o no y entonces llamé a Nati (una de las parteras) para preguntarle si eso era el tapón mucoso o si tenia que preocuparme, ella me dijo que estaba empezando a trabajar el cuello del útero, que no me alarme y que preste atención si veía el tapón. Así estuve todo el día, con contracciones cada 10 minutos mas o menos un poco más dolorosas que las de siempre pero nada que no pudiera tolerar. Esa tarde vino Laura (mi doula) y tomamos mate toda la tarde, hablamos mucho sobre el parto, sobre otras cosas que nada tenían que ver con el tema y jugamos con Maite (mi nena). Alrededor de las 16 hs. comencé a perder el tapón. Por la noche vino mi mamá y se llevó a Maitena a dormir a su casa, creíamos que iba a comenzar el trabajo de parto en cualquier momento y no queríamos que Maite sufriera viendo como me dolían las contracciones. Esa noche costó dormir pero pudimos, de vez en cuando me despertaban las contracciones pero por lo menos dormimos un poco. Por la mañana del viernes Cris (mi marido) ya había decidido no ir a trabajar pensando que el nacimiento era inminente pero igual tuvo que ir un rato, yo me desperté, fui a la panadería y lo esperé con mate. Al mediodía salimos a caminar para ver si podíamos acelerar un poquito el proceso, las contracciones eran cada 7 u 8 minutos, cada vez dolían más. Por la tarde vino Ana (la otra partera), tomamos mate, hablamos un rato y decidimos que me revisara para ver como veníamos y para decidir si se quedaba a pasar la noche acá o si se iba a su casa. Sorprendentemente tenia borrado el cuello del útero solo 2 cm. por lo que faltaba que se borre el centímetro restante y recién ahí comenzar a dilatar. Estando los 3 de acuerdo Ana se fue a su casa y nos dijo que descansemos, que esto venia para largo. Todos los indicios eran buenos síntomas y que sea tan lento y progresivo según ella era mejor para que el útero se acostumbre de a poco a la exigencia y al dolor y yo también.
Un poco decepcionados comimos y nos fuimos a dormir. Maitena se quedó nuevamente en la casa de mi mamá por las dudas. A esta altura nosotros la extrañábamos un montón pero no queríamos arriesgarnos a traerla y después tener que llamar para que la vengan a buscar en medio de la noche. Dormir fue una tarea casi imposible. Cada contracción me despertaba, a medida que pasaba el tiempo el dolor era cada vez mas intenso y me costaba mucho estar acostada. Muy temprano me levanté y con ayuda de la pelota fui pasando las contracciones. Llamamos a mi mamá para que nos traiga a Maite por lo menos un rato así la veíamos, la extrañábamos horrores!!! Alrededor de las 9 comencé a tomar el tiempo de las contracciones para ver como venían, eran cada 5 minutos y no paraban. Decidí bañarme y llamar a Ana para que viniera. A las 11 llego Maite y ahí me relajé un poco, me sentía mucho mejor estando con ella, realmente la necesitaba. Cerca de las 13 hs llegan las 2 parteras y la doula. El día estaba hermosísimo, mucho sol y hasta calorcito. Almorzamos en el patio, nos reímos mientras no tenia contracciones, mimamos mucho a Maite, hablamos de varias cosas y Cris nos hizo unas ricas milanesas con ensalada. Pasamos un muy lindo almuerzo al aire libre. A las 16 hs decidimos que seria bueno ver como venia el tema ya que mis contracciones durante este tiempo que estuvieron ellas eran cada 4 o 5 minutos. Sin poder creerlo Nati nos dice que tenía solo 1 cm. de dilatación y el cuello totalmente borrado. Era muy angustiante saber que había pasado tanto tiempo y tanto dolor para que recién tuviera 1 cm. Las chicas deciden irse y dejarnos para que miremos una peli, vayamos a tomar un helado, tratemos de dormir o cualquier cosa que pueda distraernos porque por lo visto el trabajo de parto era súper lento. Dormir fue imposible, lo imposible era acostarme, no había forma de que pudiera tolerar las contracciones acostada o semisentada. Tenía mucho sueño pero no encontraba posición para dormir. Solo arriba de la pelota sentía alivio.
No tenía hambre, sentía nauseas. Ya eran las 18 o 19 hs cuando siento que no puedo más y la angustia me gana. La llamo a Ana para preguntarle qué podía tomar como parámetro para llamarlas ya que contracciones había tenido todo el día y eran cada 4 minutos, no se espaciaban. Estaba bastante fuera de sí. Sentía la necesidad de que empiece de enserio el trabajo de parto, no aguantaba mas la incertidumbre y la ansiedad que me estaba jugando una mala pasada. Me dice Ana si quería que viniera, a mi me daba vergüenza hacer que venga otra vez pero no veía otra opción, necesitaba estar con ellas. Ana entonces habla con Laura (la doula) y le cuenta como estoy, Lau que vive mas cerca de casa viene cerca de las 21 hs y ahí sí que comenzó todo de verdad. Nos encerramos en la habitación a oscuras, solo con la luz tenue de una estufa halógena, así estuvimos durante horas. Con masajes en las caderas, palabras justas, frases hermosas y mucho animo logré atravesar esas duras contracciones que eran cada 2 minutos y muy pero muy fuertes. No podía comer nada, solo tomaba Gatorade para hidratarme y unas pocas rodajas de manzana. Maite finalmente se quedó con nosotros, parece que el destino quería eso, que dejemos de planificar y preparar, que Zoe iba a llegar cuando quisiera y no cuando nosotros lo pensemos. Cris iba y venia, se encargaba de la nena y me daba ánimos a mi, estaba justo cuando lo necesitaba y cuando sentía que quería estar sola con las chicas él se iba con Maite, fue perfecta la combinación. A esa altura ya no tenía noción del tiempo. Me dijeron después del parto que las parteras llegaron entre las 23.30 y las 24 hs. Para mí entre las 21 hs y el nacimiento no habían pasado más de 2 horas pero no fue así. Cuando llegaron Ana y Nati yo estaba súper concentrada y venia trabajando muy bien con Laura. Internamente quería que me revisaran para saber cómo progresaba pero no toleraba la opción de acostarme y además estaba tan sumergida en mi mundo tratando de sobrellevar cada contracción que no quería interrumpir ese momento. Cada tanto escuchábamos los latidos de Zoe, todo venía muy bien. A cada ratito quería hacer pis así que me abrigaba para salir de la pieza que estaba calentita e iba, el inodoro ayudaba bastante a tolerar las contracciones, también me agarraban algunas mientras iba o volvía y me apoyaba en la pared esperando a que pase. Maite entraba y salía de la pieza a su antojo, venia, miraba que pasaba, a veces me hablaba o me preguntaba cosas y se iba a seguir mirando dibujitos. Nunca lloró ni se angustió por escucharme gritar. Cerca de las 2.20 AM decidió irse a dormir, Cris le hizo una mamadera y no se la escucho mas, una santa!!!

La ultima vez que fui al baño miré el reloj y eran las 2.30 AM!! No podía creer que había pasado tanto tiempo!!!! Despedí un coagulo de sangre y resto del tapón y ahí mismo las parteras me dijeron que me ponga el camisón. Volví a acostarme en la cama en posición de 4 patas recostada sobre la pelota y sin que nadie me dijera nada comencé a pujar. Mi cuerpo me pedía que puje, me ardía mucho, sentía presión. No creí que ya era el momento, había sido todo tan lento que pensé que faltaba mucho aun, no quería ilusionarme todavía. Pujé unas 3 o 4 veces y se rompió la bolsa, en el siguiente pujo sale la cabeza y en el próximo nace mi bebé, 3.04 AM. Mas maravilloso imposible!!!!!! Fue mágico, lo mas intenso que viví en mi vida!!! Apenas nació Zoe me senté y me la pusieron en mi pecho, estábamos felices, atontados!!! Nose si eran las hormonas, el cansancio o qué pero estábamos como idos, en seguidita que nació la bebé yo me reía porque habían pasado unos minutos sin contracciones, era la gloria para mi!!! Esperamos que dejara de latir el cordón, enseguida salio la placenta, me acomodé bien en la cama, le di el pecho y estuvo casi 1 hora succionando. A las horas la revisaron, la pesaron, midieron, yo me levanté y me bañé! No podía creer estar caminando a 2 horas de haber parido!!! Cuando tuve la cesárea con mi primer hija tardé como 3 días en poder caminar mas o menos….y todo era dolor y sufrimiento, en cambio ahora me reía, comía helado, disfrutaba de mi hija, de mi pareja, de mis parteras y mi doula que fueron impresionantes!!! Todo era felicidad!!!



Es maravilloso vivir esta experiencia!! Se puede parir en libertad, se puede parir después de una cesárea y se puede vivir el nacimiento como un acto de amor, respeto e intimidad!


jueves, 11 de agosto de 2011

Lista util de preguntas y respuestas sobre PVDC

Preguntas frecuentes acerca del PVDC

P:¿Es cierto eso de que “Una vez cesárea, siempre cesárea”?
R: No, esto es un concepto médico desactualizado. Hace 40 años, no había suficiente información disponible sobre los riesgos del trabajo de parto después de un parto por cesárea. Adicionalmente, la mayoría de las cesáreas que se realizaron en aquel entonces se hicieron con incisiones clásicas, mientras que actualmente en casi todas las cesáreas se usa incisiones transversas bajas también llamadas “bikini”. Los estudios actuales demuestran que el PVDC (parto vaginal después de cesárea) es, de hecho, una alternativa más segura para la madre y el bebé que programar una cesárea después de una cesárea previa donde la incisión fue transversa baja.

P: Mi médico me dijo que mi pelvis es muy pequeña para parir vaginalmente a un bebé de más de 3,6 kilos (8 libras) ¿Es eso cierto?
R: No, la pelvis y las cabezas de los bebés son estructuras óseas flexibles. Durante el trabajo de parto, la pelvis se abre permitiendo que pase el bebé, cuya cabeza se amolda perfectamente. De hecho, en la posición de cuclillas, la pelvis estará un 33% más abierta que antes del embarazo. Muchos factores contribuyen a que esto sea así. Para empezar, durante la última etapa del embarazo, se libera una hormona llamada relaxina, la cual ablanda los ligamentos y el cartílago que rodean la pelvis. Igualmente, las diferentes posiciones y movimientos de la madre durante el trabajo de parto cambian las dimensiones de la pelvis, por ejemplo, caminar, subir escaleras y colocarse en cuclillas. Estos factores ayudados a la flexibilidad de la cabeza del bebé otorgan mucho espacio para que los bebés pasen por la pelvis. La cabeza de los bebés está formada por cinco placas que están conectadas con tejidos blandos que le permiten amoldarse durante el nacimiento a medida que el bebé baja por la pelvis. Estos huesos vuelven a su estado normal unas horas después del parto.

P: He tenido más de una cesárea ¿Puedo tener entonces un parto vaginal?
R: Absolutamente. Varios estudios han demostrado que, en comparación con la probabilidad de ruptura uterina después de una cesárea, la probabilidad no aumenta significativamente después de dos o más, siempre y cuando no se realice una inducción. Sin embargo, sí existe relación entre una mayor incidencia de placenta acreta y cada cesárea sucesiva. La placenta acreta es una condición en la cual la placenta se “incrusta” en las capas de músculo de la pared uterina, lo cual puede causar problemas de retención de placenta, lo que a su vez suele ocasionar hemorragia y hasta podría ser necesaria una histerectomía para detener el sangrado. Otra buena razón para evitar una nueva cesárea.

P: Mi médico afirma que programar una inducción aumentará mis probabilidades de tener un parto vaginal ¿Cuál es su opinión?
R: De hecho, es totalmente al revés. Las inducciones así como las conducciones al trabajo de parto contribuyen a un marcado aumento en la tasa de ruptura uterina, y por tanto deben evitarse siempre que sea posible. Las inducciones también conllevan a una mayor tasa de cesáreas. Si por razones médicas es necesaria una inducción, se recomienda ampliamente la monitorización de la madre y el bebé.

P: No encuentro un médico que apoye mi decisión de tener un parto vaginal después de cesárea..
R: Encontrar un médico que te apoye puede ser difícil. Si alguien te dice que no hay ningún doctor en el área que apoyaría tu parto, no le creas. Tómate el tiempo de hacer citas para visitar a diferentes médicos o parteras. Hazles preguntas y escucha sus respuestas.

P: Mi bebé está de nalgas ¿Se me debe hacer una cesárea?
R: No necesariamente. Depende de en qué posición esté el bebé y la experiencia de tu médico o partera. Con un profesional capacitado, un parto vaginal de nalgas puede ser tan o más seguro para la madre y el bebé que una cesárea. Sin embargo, hacer que el bebé se dé la vuelta es la mejor manera de evitar una cesárea; existen muchas técnicas disponibles para que un bebé de nalgas adopte la posición cefálica, es decir, cabeza abajo.

P: ¿No causa el parto vaginal problemas como por ejemplo “daño” al suelo pélvico?
R: El Dr. Alastair MacLennan, un importante investigador, declaró en una entrevista con Reuters Health que: “80% de los problemas que experimenta una mujer debido a un parto vaginal también los sufre una mujer que haya tenido una cesárea.” La mayoría de las veces son intervenciones como la episiotomía, las ventosas y los fórceps las que contribuyen a la incontinencia urinaria y fecal, el prolapso del útero y al daño al suelo pélvico, y no el parto vaginal mismo. Las mujeres que han sufrido una cesárea también experimentan incontinencia urinaria y fecal y otras dolencias debidas a la cirugía o simplemente como resultado de las hormonas del embarazo o de las drogas usadas durante el parto.

P: ¿No es más segura una cesárea que un parto vaginal después de una cesárea?
R: La operación cesárea es una cirugía abdominal mayor con todas sus implicaciones. La cirugía misma, independientemente de los problemas médicos que puedan conducir a una cesárea, aumenta los riesgos de cirugía materna, histerectomía, hemorragia, infección, coágulos, daño a los vasos sanguíneos, la vejiga u otros órganos, depresión posparto, síndrome de estrés post traumático y rehospitalización por complicaciones. Las posibles complicaciones crónicas causadas por adhesiones del tejido de la cicatriz incluyen: dolor pélvico, problemas al defecar, y dolor durante las relaciones sexuales. El tejido de la cicatriz hace que las siguientes cesáreas sean más difíciles de llevar a cabo, y por lo tanto aumenta el riesgo de lesionar otros órganos, sufrir placenta previa o acreta, infertilidad, embarazo ectópico o ruptura uterina durante los embarazos subsiguientes y aumenta el riesgo de problemas crónicos causados por las adhesiones. También existen riesgos para el bebé como el síndrome de estrés respiratorio, que el bebé sea prematuro, bajo peso al nacer, ictericia, baja puntuación APGAR (una evaluación de la salud del recién nacido), y para finalizar entre 1 y 9 por ciento de los casos se corta y hasta lisia al bebé con el escalpelo.

P: ¿Cuál es el verdadero riesgo porcentual de sufrir una ruptura uterina?
R: Esto es una pregunta difícil porque son muchos los factores que se atribuyen a la ruptura uterina. Sin embargo, lo aceptado ampliamente es que para una mujer que ha sufrido una cesárea transversa baja, el riesgo es de 0,7% (7 en 1.000 mujeres.) Si una mujer ha tenido dos o más cesáreas previas transversas bajas, el riesgo aumenta ligeramente. Las inducciones o conducciones al parto aumentan este riesgo de forma drástica: de 0,7% a 5%. Y con una incisión clásica o una incisión en T el riesgo se encuentra entre 3% y 5%.

P: ¿Puedo tener un PVDC si tengo una incisión clásica?
R: La razón por la cual no se recomienda un PVDC con una incisión clásica es que se cree que la tasa de ruptura uterina es mayor (de 3% a 5% comparada con menos de 1%.) Sin embargo, no hay estadísticas confiables, pues a las mujeres con una incisión clásica no se les permite participar en estudios sobre PVDC. Sin embargo, es interesante que en muchos estudios de PVDC, mujeres con incisiones “desconocidas” (por falta de registros) se les permitió participar. Su inclusión no afectó los resultados (lo que indica que la ruptura con una incisión clásica es menor de la estimada.)

P: ¿Cuándo es la cesárea absolutamente necesaria?
R: En los siguientes casos:
• Placenta previa oclusiva a término.
• Bebé en posición transversal.
• Prolapso de cordón.
• Placenta abrupta.
• Eclampsia o preeclampsia severa con una inducción fallida.
• Tumor uterino de gran tamaño que obstruya la cerviz.
• Verdadero sufrimiento fetal confirmado con una muestra de PH de la sangre del bebé o perfil biofísico.
• Una verdadera desproporción cefalopélvica (DCP, significa que el bebé es muy grande para la pelvis.) Esto es muy infrecuente y siempre está asociado con una deformidad pélvica (o una rotura pélvica mal curada.)
• Brote inicial de herpes activo al comienzo del trabajo de parto.
• Ruptura uterina.

PVDC (Parto Vaginal después de Cesárea)

PVDC significa dar a luz a un bebé mediante un parto vaginal luego de haberse sometido a una o a más cesáreas. Más del 80% de las mujeres podrán optar por un PVDC e incluso es más seguro que someterse a repetidas cesáreas.

¿Por qué debería optar por un PVDC?
Cada mujer tiene una razón diferente para desear un parto vaginal después de haberse sometido en el pasado a una cesárea. Para muchas mujeres, la justificación podría ser de índole médica, mientras que otras mujeres sentirán la necesidad emocional de dar a luz a su bebé mediante un parto vaginal. Por otro lado, la causa podría ser financiera o relacionada con el plazo de recuperación.
Existen numerosos beneficios relacionados con un parto vaginal. En el caso de las mamás, entre estos beneficios se pueden incluir a los siguientes:
*Reducción del riesgo de muerte materna.
*Menor posibilidad de que surjan complicaciones.
*Evitar la pérdida de sangre, el desarrollo de infecciones, la formación de coágulos sanguíneos en las piernas, y las lesiones en diferentes partes del cuerpo (en los intestinos, en el tracto urinario, etc.).
*El amamantamiento será generalmente más sencillo, luego de haber dado a luz a su bebé mediante un parto vaginal.
*El costo de un parto vaginal es de aproximadamente $3.000 menos que el de un parto por cesárea.
- Su bebé también obtendrá beneficios de un parto vaginal, entre los que se incluyen:
*Prevención de la Prematuridad Iatrogénica (lo cual significa que la cirugía tuvo que realizarse debido a que ocurrió un error al calcular la fecha de parto).
*Reducción de las probabilidades de padecer Hipertensión Pulmonar Persistente.
*Evitar el tener que someterse a cirugías relacionadas con daños fetales.
Los PVDCs. presentan una disminución de la tasa de muerte fetal, si se los compara con una cesárea repetida optativa.



Consejos Prácticos Relacionados con los PVDCs.

• Ejercítese diariamente: nade, camine, practique yoga, asista a clases de gimnasia prenatal -- realice todo lo que la haga sentirse bien. Además, el hecho de gozar de un buen estado físico la ayudará a facilitar su trabajo de parto, y posiblemente acortará el período que necesite para recuperarse del mismo.

• Asista a clases prenatales. Asegúrese de registrarse tempranamente para asistir a clases de PVDC, a cursos de actualización, o a algún otro programa de calidad prenatal. Aunque hubiera asistido a clases durante algún embarazo previo; el hecho de salir y disfrutar una noche con su pareja ayudará a que ambos estén preparados, promoverá el diálogo, le aportará ideas sobre cómo podrá lidiar con el trabajo de parto y sobre cómo podrá centrar su energía en el bebé y en su posterior nacimiento.

• Busque un proveedor de cuidados comprensivo y gentil. Trate de encontrar a alguien que crea en los PVDCs., que presente una tasa exitosa de PVDC que supere el 75%, y una tasa de cesáreas menor al promedio comunitario. Si se sintiera completamente insegura, trate de buscar una segunda opinión.

• Trate de obtener la mayor cantidad de información posible sobre el tema. Obtenga una copia de los registros médicos de su(s) embarazo(s) anterior(es) para conservarla(s) en su poder. Pídale a su doctor de cabecera actual que le explique todo lo que usted no comprenda. Hable abiertamente con su doctor, haga planes con él/ella. Hable con otras personas que han pasado por su misma situación. Lea libros y revistas dedicados a este tema.
• Establezca un ambiente acogedor para el parto, a fin de facilitar el trabajo de parto.
• Practique diferentes posiciones. Trate de permanecer parada o de caminar en lugar de quedarse acostada, para así poder facilitar el trabajo de parto; a fin de que el hecho de permanecer en cuclillas en el momento de pujar pueda ser más efectivo.
• Continúe comiendo y bebiendo sanamente. El trabajo de parto es un trabajo duro y consume mucha energía. Lejos de eliminar el riesgo de tener que arriesgarse a someterse a una aspiración con anestesia general; el ayuno total podría incrementar el riesgo al elevar la acidez de los contenidos estomacales. Por otro lado, el ayuno podría dificultar el trabajo que deberá realizar el útero.
• Aprenda a confiar, coopere y escuche a su cuerpo y céntrese en el patrón especial de trabajo de parto que haya elaborado para usted.
• Tranquilice a sus familiares y a sus amigos. Recuerde que, de acuerdo a diferentes investigaciones médicas, un PVDC usualmente será más seguro tanto para usted como para su bebé si se lo compara con una cesárea repetida.
• Asista a reuniones de apoyo en las cuales se hable de PVDCs. o, si no hubiera ninguna en el área en la cual reside, únase a organizaciones nacionales. A través de reuniones y de boletines informativos podrá escuchar historias de otras personas que han "pasado por su misma situación", y que compartirán sus experiencias relacionadas con los PVDCs. con usted.

Personalmente recomiendo que todas aquellas mujeres que se preparan o sueñan con un PVDC lean el libro “Nacer por cesarea?” de Ibone Olza y Enrique Lebrero.
En mi caso parir fue lo mas hermoso que me pasó en la vida! Si confían en su cuerpo, si tienen ganas, si quieren experimentar el maravilloso proceso de dar a luz naturalmente no se den por vencidas, así cueste conseguir profesionales que las acompañen, la recompensa de sentir toda esa fuerza interior y salvaje en el proceso del nacimiento y ser protagonista de tu parto es incomparable!!!